¡Clik here! ↓
Rehab False | Por Androide18yTrunkslove |
Capítulo 1: ¿What the hell?
Todos la miraban, y eso le encanta. ¿Por qué negarlo? Sabía que era bonita, llamativa, tenía un cuerpo escultural y una cara de ángel. Entonces… ¿Qué tenía de malo querer llamar la atención?
Sonrió apenas, mirando a travez de sus gafas sexys y oscuras a todos aquellos que se baboseaban por ella. ¡La vida es larga! La juventud no tanto, había que aprovecharla.
Y ella aprendió a hacerlo.
Moviendo sensualmente sus caderas, enfundadas por un pequeño y ajustado short, se sentó en un banco. El día era hermoso; un acalorado sol, pocas nuves, un viento favorable y fresco. La remera básica negra que tenía le estaba dando bastante calor, pero de seguro más calor a los hombres que la miraban. Era pequeña, ajustada y escotada. Y ¡Que demonios! A ella le gustaba.
Se descolgó la mini cartera, colocándola sobre el banco al lado de ella. Agradecía tener el estilo de moda de su madre, canchera y coqueta, sensual y a la moda. Sí, había heredado casi todo de su hermosa madre; la belleza indiscutible, el estilo, y para rematar, un poco del carácter.
Una sombra se para frente a ella, lentamente levanta la cabeza. Era obvio que era él.
- Hola amor – lo saluda, con una sonrisa hermosa; característica de su padre, su madre tenía una bella sonrisa pero muy pocas veces sonreía. Marron siempre.
- Tenemos que hablar – le cortó, tajante, intentando serlo. Su novio se perdió en el gran escote de sus generosos pechos.
Se quitó los anteojos.
- ¿Pasa algo? – preguntó ella, sin fingir inocencia; era inocente.
- Sí, Marron, desde luego que pasa – el chico apuesto se sentó junto a ella, y se quitó los pequeños mechones marrones que caían en su sudorosa frente. Los ojos verdes la escrutaron, mirándola a los ojos complicadamente.
- Me asustas Max
- Y tú a mí – contestó él a la defensiva. Se acomodó mejor, sus grandes hombros descansando - ¿Por qué has cambiado de repente?
Ella quedó atónita, siempre fue la misma, no cambió nada de nada. Bueno… tal vez un poco la forma de vestirse, de hablar con los chicos, de actuar. ¡Dios, había sacado la parte de su madre al aire! ¿Qué había de malo?
- ¿A qué te refieres? – preguntó ella. Levantó la mirada y vio que dos chicos la miraban, ella les sonrió y ambos le tiraron un beso.
- ¡A eso! – gritó enfadado su novio. Ella miró - ¿Desde cuándo coqueteas con chicos frente a mí?
- Desde que tú besaste a Sandra frente a mí – dijo ella, fríamente. Su novio la había echo cambia, que se joda ¿No?
Tú dices que estoy jugando contigo.
El amor duele, sea bueno o malo.
Yo no puedo parar, porque me estoy divirtiendo.
- ¡Eso no es verdad! – encolérizo.- ¿A no? – chilló histérica la rubia, sonrió maliciosamente – Es solo un poco de tu medicina mi amor.
- ¿Qué estas? – murmuró él. Recapacitó - ¡¿Me estás diciendo que te besaste con un chico?
- Cierra la boca, no grites – le amonestó ella. – No dije eso, no me pienso besar con nadie que no me guste.
El atractivo joven abrió la boca para decir algo, la volvió a cerrar.
- ¿Esto termina aquí?
- ¿Nuestra relación? Sí.
- ¡¿Qué? – chilló el chico. La miró atentamente.
El se lo había buscado. Fue él quien había dejado a Marron como una cualquiera frente a toda la escuela. Había besado a Sandra; una chica muy popular, morocha y con un físico escultural. Ese día Marron había sido el cotilleo en toda la escuela, pero no con alagos, la "grandes cuernos" era el título de cada chisme, personaje principal ella, la inocente y tonta que se deja cuernear por uno de los chicos más lindos del colegio con la chica más popular de éste. Marron sentía tanto odio, tanta desesperación que había estado a punto de mostrar su potencial en la lucha, sabía hacer muchas esferas de Ki, gracias a su madre que siempre le enseñaba.
Humillada. Esa era la perfecta palabra.
Cuando llegó a su casa, lo primero que hiso fue mirar a su madre.
Flashback.
- Marron – le saludó la voz de su madre. La pequeña rubia se detubo y miró a su madre. - ¿Qué paso?
- Nada – dijo, agachando la cabeza deprimentemente.
- Está bien – dijo la androide, mientras volvió a mirar la televisión sin darle más importancia al asunto.
Marron se sintió bastante confundida. Cada vez que llegaba triste del colegio porque alguien le molestaba, su madre se sentaba con ella, le preguntaba miles de cosas y le decía que haga tal y tal cosa. Pero Marron jamás las hacía, ella no creía tener el carácter que se necesitaba para todo eso.
Se subio, deprimida y cabizbaja. Cuando entró a su habitación tiró hacia un lado la mochila rosa, y se tiró sobre su cálido y comodo colchon.
La puerta se abrió de pronto, dejando ver a su hermosa madre en la entrada. Marron no pudo evitar darse cuenta de que su madre, con los brazos en jarras, con su cuerpo voluptoso y su cara sensual parecía una diosa. Tenía una bolsa colgando del brazo derecho.
- ¿Qué pasa mamá?
- Que no soy ninguna estúpida – dijo la androide.
- ¿Qué traes en la bolsa?
- Ropa, y de la buena, la que vas a usar.
La androide se asercó hacia su hija y le acarició los cabellos despeinados. Marron siempre venía volando de la escuela, y sus dos colitas quedaban destrozadas luego de eso.
- Haremos algo con ese cabello.
Fin flashback.
Marron se acarició orgullosa la coleta alta que tenía ahora, despeinada; dando un tono sensual y a la moda.
- Marron por favor – su novio estaba frente a ella, casi arrodillado. Ella sintió un poco de pena y culpa.
Estás sobre tus rodillas.
Rogando "Por favor, quédate con migo"
Rogando "Por favor, quédate con migo"
Pero honestamente solo…
- Lo siento Max. Te quiero, pero lo que me hiciste fue horrible. – con eso, Marron se levantó.Necesito enloquecerme un poco.
- Quiero conocer a nuevos chicos. Al menos alguien que me quiera…- ¡Yo te quiero mucho!
- Que me quierda de verdad.
- ¿Dudas que te quiero? – se paró el chico, era mucho más alto que ella. – Tú solo querías hacerte popular, es eso.
Marron levantó una ceja, esperando que siguiera.
- Saliste con migo, porque soy el chico más deseado de la escuela , y sabías que eso te daría popularidad.
- Me diste el apodo "Gorra grande" – se burló Marron indignada – Creo que sí, fue una muy buena idea.
- La ironía – chilló indignado - ¿Desde cuándo la usas?
- Desde que una persona muy sabia me lo dijo.
- ¿Y esa persona es…
- La que me enseñó a como patearte el culo si lo deseo – finalizó, con una sonrisa falsa, luego se dio media vuelta, agarró su bolso y comenzó a caminar. Dos pasos y escuchó a su novio siguiéndola. Su ex novio.
- Escucha. Todo el mundo te mira, me pongo celoso.
- Eso, aparte de otras cosas horribles, fue lo que sentí cuando te besaste con Sandra en la fiesta.
- Fiesta que, por si no sabías, fuiste invitada solo por ser mi novia.
- Claro que sí – dijo ella, concordando absolutamente – Yo no soy popular, almenos no lo era.
- Pues – dijo él, cerrando los ojos y suspirando – Escucha, de verdad te quiero. Si quieres ser popular, éste sábado a la noche ven con migo a la fiesta en la casa de Estella.
- No necesito ir contigo.
- ¿A qué te refieres?
- Ya estoy invitada – sonrió victoriosa – Ayer me unía al club de porristas. No sabes lo bien que hago las acrobacias.
- ¿Tú? Saltar – comenzó a reír – Marron, le tienes miedo a las alturas.
Si él supiera…
Que tenía dos amigos muy poderosos, con los que siempre volaban por allí, jugando a las escondidas entre los altos y grandes edificios de la ciudad.
Que tenía una madre que era la mujer más poderosa del mundo, y que con ella todo los sábados practicaba lucha.
Que ella podía hasta hacer tres saltos hacia atrás sin detenerse.
Que ella no necesitaba de él para ser popular.
- ¿A las alturas? – sonrió ella - ¿Quién te dijo eso?
- Es obvio – él levantó la mano, acariciándole la mejilla – No es necesario que mientas, el club de porristas.. no es tu estilo.
Ayer, a la tarde, cuando ella había llegado al gimnasio del colegio vestida como su madre le había propuesto, todas le quedaron mirando con cara de asombro. Y más de una le preguntó como se llamaba. Cuando ella les dijo que era Marron, más de una se había puesto a meditarlo. ¿Es que tanto cambiaba de apariencia?
Bueno, cuando se había visto en el espejo esa misma tarde que su madre la ayudó, había visto a una joven con un cuerpo muy envidiable; casi tanto como el de Sandra. Y lo mejor de todo era que Marron era muy hermosa de rostro, incluso más que Sandra.
La habían aceptado al solo ver como había echo una pirueta. Luego de eso, Britanny la anunció como una más del grupo y la habían invitado a cenar esa noche. Estella, con las manos temblorosas al ver que ahora Marron era una de las chicas del grupo más popular de la escuela le preguntó si quería ir ese mismo viernes a su casa, a una fiesta solo para populares. Marron, gustosa y feliz, dijo que sí.
Llegó a su casa saltando de felicidad. Su madre la miró atenta, y con sus hermosos ojos brillando de orgulle le dijo; "Te lo dije"
- ¿Por qué tendría que mentirte? – dijo ella, quitando amistosamente la mano de él de su rostro – No es mentira, no miento, eso si es obvio.
- Marron, escucha. De verdad, no quiero terminar esto.
- Antes te daba vergüenza salir con migo, ir a fiestas… y ahora, ¿Quiéres que vaya con tigo?
- Es que ahora… has cambiado – dijo él, mirándola de abajo a arriba.
Ella frunció el seño. Era verdad que con sus vestidos largos y nada escotados y muy pocos ajustados no se veía muy sexy. Pero… ¡Al demonio! Éste chico no iba a tratarlo así.
- Sabes… - dijo ella – Toda mi vida fue buena, ahora cambié; tu deverías hacer lo mismo con tu peinado.
Toda mi vida he sido buena.
Pero ahora
Ohhhh, pienso :¡Que demonios!
El se tocó el cabello, intentando verificar que había de malo en él. Pero luego le dijo.- Está bien, haz lo que quieras.
- Sip, eso es justamente lo que estoy haciendo – se dio media vuelta, dejando totalmente absorto a Max. Se acercó a un chico que la estaba mirando - ¿Tienes hora?
- Eh, eh, sí, sí sí sí – tartamudeo el muchacho rubio de ojos grandes. Miró su reloj – Las… 5:35.
- Gracias – dijo ella, con una sonrisa coqueta. El chico asintió energéticamente. Ella volvió a acercarse – 5:36 Max, para tu chismento, cuéntale a Sandra.
Ella siguió su camino. Max quedó en su lugar, estático. Pero luego, confuso, se puso a meditar.
De verdad la quería. Pero siempre todos se habían burlado de él porque salía con la tonta del colegio. Y ahora, cada uno de esos, tenían más fantasías con ella que el propio Max.
Miró nuevamente, el trasero de Marron era redondo y perfecto. Se maldijo, apretó los puños y miró sus piernas esbeltas y torneadas, su pequeña cintura y la coleta alta que todas las chicas populares se hacían.
Un chico de cabello oscuro y alto se acercó a ella y se pusieron a conversar, luego siguieron su camino. Max estubo a punto de correr hacia ella cuando vio que se subía al auto del sonriente muchacho. Lo último que vio fue a Marron sonriéndole y saludándole con la mano.
Todo lo que necesito es hacer desastres por todos lados.
Y realmente no me importa
Si me odias o me amas.
- Eres mala – rió el chico sentado junto a ella.- Cálla Goten – rió ella, con un rubor en sus mejillas. – Creo que me gusta esto.
- ¿Divertirse? Es lo mejor que hay – aseguró él. Ella le miró, sorprendida – Aunque ahora no lo hago mucho claro, salgo con Pares y de verdad la amo.
- Esa chica me cae muy bien, no quiero que le hagas daño.
- A mí Max no me cae bien.
- Aún así, te cayera bien o no, yo igual le tendría que dar su propia medicina.
- Me parece correcto – le sonrió Goten. – Agradesco a tu madre de que te haya cambiado así.
- ¿Te gusta como estoy vestida? – sonrió la chica.
- Me gusta que tengas poca ropa – coqueteó él.
- ¡Goten Son, eres un pervertido! – ironizó la joven, ambos se largaron a reír.
Toda mi vida eh sido buena.
Pero ahora
Ohhh; ¡Que demonios!
Ambos chicos, rubia y morocho, se bajaron riéndose a carcajadas.- ¡Vaya Goten! – comenzó a hablar la rubia - ¡Mira que pegarle a su primo!
- Es que – tomó aire, mientras cerraba la puerta de Marron – Creí que era un ex de ella o algo por el estilo. ¡Vamos ni siquiera se parecían!
- Eres muy celoso – sonrió la rubia.
- Bastante – concordó Goten.
Se acercaron a la gran puerta de vidrio y tocaron timbre. Marron volvió a imaginarse la escena y largó carcajadas. Goten, contagiado, la siguió.
- ¿Qué es tan gracioso? – preguntó, el pelilila, contagiado.
- ¡Trunks! – sonrió Marron, y lo abrazo. Trunks tragó saliva, le encantaa Marron desde hace mucho, pero ella tenía novio y no daba indicios de querer algo más que una gran amistad.
Goten le hiso señas, le guiñó el ojo y miró el trasero bien formado de Marron.
- Vaya – murmuró.
Trunks carraspeó, furioso por el atrevimiento de su amigo.
- ¿Cómo has estado Marron? – le preguntó, mientras la abrazaba de costado, para que no le diera más el trasero a la vista de Goten. El joven Son se dedicó a mirar los grandes pechos de su mejor amiga, el pelilila disgustado le susurró – Te mataré si lo sigues haciendo.
- ¿El qué? – preguntó Marron confundida.
- Nada nada – dijo rápidamente Goten.
- Bueno… - murmuró la chica - ¡Trunks, me han aceptado en el club de porrista!
Otro nuevo abrazo, deleite para la vista de Goten.
- ¿En serio? – dijo Trunks, abrazó orgulloso a su amiga.
- Ajam – dijo ella, mientras agarraba el celular que sonaba. – Ya vengo.
- Tenías que abrazarla un poco más abajo – sonrió Goten.
- Estúpido – le dijo Trunks, con las mejillas acaloradas.
- Yo lo hubiera echo si no fuera porque estábamos en el auto.
- Goten, llegabas a hacerlo y te rompía los
- ¡Chicos! – dijo Marron, llegando con una gran sonrisa – Me llamó Estella, dijo que quería que vaya a su casa para ayudarla a elegir la decoración para la fiesta de éste fin de semana.
- ¿Qué fiesta? – preguntó Goten.
- La de ella – dijo Marron, con una sonrisa – Goten, quiere que si o sí vayas.
- Ella está enamorada de mí – dijo Goten sonriendo. Estella era una belleza, aunque un poco hueca. – Paris no querrá que vaya, sabe que Estella es bastante juguetona y.
- Pues que Paris también venga – dijo Marron.
- Marron, Paris no va al colegio
- ¿Y? No importa, le digo a Estella que Paris es mi prima.
- Em… bueno, si quieres
La rubia le dedicó una sonrisa y miró a Trunks.
- Trunks, ¿Vendrás verdad? – preguntó ella.
- ¿Estoy invitado?
- Siempre lo estás – dijo ella, confundida. - ¿No fuiste la última vez?
- Seguro que no – dijo furioso – Ese tarado que ves allí – señaló a Goten, quien sonrió – me hiso una cita con una tal Fiona, lo único que se de ella es que no es tolerante a la lactosa y que escupe como loca.
Marron largó una carcajada – Bueno, irás.
- ¿No es en parejas? – preguntó Goten.
- Sí – dijo Marron a Goten. Miró a Trunks – Tú serás mi pareja.
- ¿Yo? – preguntó sorprendido, las mejillas comenzaron a tornarse rojas.
- Sí – dijo ella sonriendo orgullosa. Con que Trunks la quería eh… pues era un chico muy apuesto, divertido y sano, capas… ¡Dios, Marron, es uno de tus mejores amigos!
- Em, bueno, yo…
- ¡Sí! – dijo Goten de repente – Sí, irá, contigo, te pasará a buscar a las once, ¿Verdad Trunks?
- Claro, sí - ¿No tenía ella novio?
- Buenísimo, chicos, me tengo que ir – Marron despidió a ambos con un beso en el cachete.
- ¿Quiéres que te lleve? – preguntó Goten.
- No, gracias. Iré volando
- ¿Con ese mini short? No – dijo Trunks celoso.
Marron se dio media vuelta y lo miró con una sonrisa que no pudo borrar.
- ¿Te gustaría llevarme? – preguntó ella, seductoramente.
- Claro – dijo Trunks – Ya saco el auto.
Con las mejillas rojas nuevamente se dio media vuelta y entro a la casa.
- ¿Cuál es la diferencia de que te lleve el o yo? – preguntó, haciéndose el celoso, Goten.
- Que tu puedes quedarte con Bra, y yo salgo con Trunks.
- Bra tiene 4 años menos que yo. ¿Me ves pedófilo? – saltó Goten asustado – Ni siquiera es de mi estilo, me gustan las que tienen más carne.
Marron le pegó fuertemente en el hombro. Goten se lo acarició.
- ¡No vuelvas a insutar a mi amiga! Ella es hermosa – chilló Marron.
- No es mi estilo – volvió a repetir Goten.
- Tu tampoco eres el mío Son, no te enorgullescas – la voz fina vino desde la entrada. Ambos jovenes giraron las cabezas para ver a la pequeña Brief en la puerta, con su vestido rojo que no dejaba mucho a la vista.
- Yo… em, lo siento – Goten se puso sonrojado. Era muy poco caballero, lo que acaba de hacer por supuesto.
- Yo más – la gran cabellera azul pegó a Goten en la cara, entró de nuevo a la casa.
- Goten, ve ya – dijo seriamente Marron.
- Sí, nos vemos – dijo Goten, apresurado entró en la casa.
El garage se abrió, y un hermoso auto de la última generación salió, el pelilila le sonrió.
- ¿Dónde queda la casa? – preguntó.
- ¿No sabes donde queda la casa de Estella? – Marron parecía sorprendida – Pensé escuchar que tu tubiste algo con ella…
- ¿Con Estella? Jamás, ni hablamos. Con la que tube algo fue con Sandra.
A Marron se le desencajó la mandíbula, pero no comentó nada.
- Bueno,la casa de Sandra, digo Estella, queda en South 1920 – murmuró, él pareció escucharla. Maldita y suertuda Sandra.
- ¿Y Matt? – preguntó Trunks, luego de unos minutos de silencio. Marron lo miró, no parecía que el tal Matt le agradara.
- ¿Quién mierda es Matt? – dijo ella, con una sonrisa al ver que Trunks abria los ojos grandemente.
- ¡Tu novio Marron! – dijo Trunks. Marron largó una carcajada.
- Max, Trunks. Se llama Max – volvió a reírse.
- Bueno – Trunks se sonrojó. – Ese… Max.
- No salgo con él.
- ¿Qué? – preguntó Trunks, la miró sorprendido, con una pequeña sonrisa que obviamente el no se deba cuenta de que estaba allí, es sus labios, dejando claro los sentimientos hacia ella.
- Corté con él.
- Vaya, que coincidencia…
- ¿Por qué lo dices? – preguntó ella.
- Yo corté con Sandra ayer – levantó los hombros.
Marron quedó quieta.
- ¿Hace cuánto sales con Sandra? – murmuró.
- Salí desde hace dos semanas, tres – dijo él, sin darle importancia.
Sandra le había metido los cuernos a Trunks con su ex novio.
¡Oh mierda! ¿Cómo iban a ir a esa maldita fiesta?
What? What? What?
WHAT THE HELL?
------------
Música: What the hell? - Avril Lavinge.
Por favor comenten. Los comentarios publicados se harán llegar a la escritora - en éste caso Androide18yTrunkslove.
Muchas gracias.
| ♥ |
Me Encantó ñ.ñ
ResponderEliminar