Rehab false

Capítulo 3-5 | Rehab False | -Fic 2-

                                         

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Rehab False | Por Androide18yTrunkslove |

Capítulo 3: Girl
- ¡Ataquemos! – gritó Bra al entrar al Shopping. Varias personas quedaron mirándolas como si fueran locas.
- Bra – murmuró Marron, con tono autoritario.
La pequeña Brief abrió sus ojos lentamente, y bajó sus brazos con titubeo. Colorada hasta el cabello se dio media vuelta y siguió su camino, decidida a salir de allí por la vergüenza. La mano de Marron la atajó por el hombro.
- Solo camina, ¿sí? – la alentó. Siempre sucedía lo mismo. La pequeña gritaba entusiasmada, la gente la miraba como si fuera loca, ella quería irse y Marron dejaba que ella se ocultara con la cabeza roja detrás de ella.
- Lo siento – murmuró Bra, luego de pasar las miradas burlonas de un grupo de chicas.
- Sabes que no me interesa – le sonrió Marron. Aún así la pequeña no tan pequeña seguía estando bastante arrepentida. Marron decidió esperar, siempre era así; unos minutos y Bra estaría desordenando la estantería de uno de los locales más lujosos.
Entraron a un local bastante llamativo, elegante pero al mismo tiempo "top". Marron saludó a la chica que atendía y le dijo que solo mirarían, cosa que era mentira.
- ¡Bra, mira! Esto te quedaría precioso – la rubia mostró un vestido de color celeste con unas flores geniales en todos sentidos. – Todo tuyo, ve a probártelo. Yo entro a probarme esto.
Marron agarró una pila de remeras y pantalones, más una pollera y se dirigió al vestidor más cercando. Antes de entrar le guiñó un ojo a su amiga, quien seguía en el mismo lugar.
10 minutos después Marron salió, con una gran sonrisa. Le gustaba todo, tenía que agradecer que fuera una de esas chicas con físico pequeño y flaco, pechos generosos y un trasero bien formado. Por lo tanto, no había cosa que le quedara mal.
- Bra – le llamó, con una gran sonrisa - ¿Cómo te fue con el vestido?
- No me lo eh probado – murmuró, triste. ¿Qué le pasaba? ¡No señora! De ninguna manera iba a permitir que Bra, una luz brillante y chispeante, esté así; quieta y calladita.
- Vamos – murmuró Marron, dejo de lado la ropa, agradeció a la chica y la saludó. Se dirigieron a la entrada del Shopping – Espérame aquí.
Marron salió por la puerta. Bra la miró desorbitada.
La rubia entró con un estruendo al gran mercado y gritó - ¡Al ataque!
La gente quedó mirándola como si estuviera loca. El guardia, que ya había visto hacer a la peliazul lo mismo, murmuró; "las cosas que consumen éstos chicos hoy en día".
Bra largó una carcajada, aquel espectáculo que su amiga le acaba de dar había quitado por completo a Goten de su cabeza.

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Goten se rascó la nuca, nervioso.
- De verdad Pares – admitió – No pude decirle que no, sabes como soy...
- Un tonto importante Goten – exasperó su novia, detrás del celular - ¿Cómo puedes hacerme esto? Te dije que éste fin de semana te presentaría a mis padres.
- Pares, de verdad, no quería lastimarla.
- ¿Pero a mí sí? – preguntó su novia. Goten meditó la pregunta de ella, justo antes de escuchar como se quebraba y lloraba.
- Pares, no – suplicó en un susurro – Sabes que te amo.
- No Goten, no lo sé – dijo ella con voz ronca, luego un llanto histérico.
Goten tuvo que alejar un poco el celular de su oreja, de modo que no quería ser aturdido.
- Pares, por favor. – dijo, desesperado, quería mucho a su novia como para soportar ese llanto – Mira, encontrémonos ahora, ¿dale?
- ¿Ahora? ¡Dijiste que estabas en lo de Marron! – increíblemente dejó de llorar como una histérica para gritar como una.
- Sí, claro que estoy, ven – dijo él, pasándose una mano por el pelo. Esto era demasiado, y todo por culpa de una mocosa depredadora.
- ¡No! ¿Qué no tienes tiempo para tu novia? – preguntó irritada.
- Sí lo tengo. Y es éste, así que ven.
- Ven a buscarme – dijo ella, Goten podía jugar que su novia se burlaba de él.
- Pares, estoy ayudando en algo a Marron.
- Ah. Te espero en 5
Y con eso la hermosa y escandalosa Pares cortó la llamada. Goten miró el celular, en ese momento una mano lo agarró.
- Lo último que quiero es que rompas tu celular nuevamente – le murmuró la cálida voz.
Goten miró a la rubia con una sonrisa. Era cierto, cada vez que discutía con alguien por el celular –en especial su novia- y terminaba de una mala manera, el celular de alguna manera se estampillaba con el piso. Debía agradecer a Bulma que siempre se lo arreglaba, de lo contrario su madre tendría canas hasta en las cejas.
- ¿Cómo se lo tomó? – preguntó la rubia, se sentó sobre la espesa arena, que bajo la brillante luna parecía blanca y las olas eran perfectas.
- Nada bien – dedujo el morocho, mientras se sentaba frente a su muy hermosa amiga.
- Mm… - murmuró Marron – Bra te aprecia mucho, me alegro que aceptaras llevarla.
Goten sonrió apenas, para quedar bien con Marron. Se sentía un tonto, tenía que haberle dicho a aquella atractiva peliazul que no.
Pero no había podido.
- ¿Quieres algo para comer? – le preguntó, luego de un silencio incómoda, la rubia al morocho.
- Claro – dijo él, con una pequeña sonrisa sincera.
- Ya vuelvo – sonrió ella, levantándose y limpiando los granos de arena adheridos a su blanca y perfecta piel.
Goten se quedó solo. Miró las olas, el color le recordaba a los cabellos de Bra. Aquella niña tenía cierto atractivo. Bueno, niña no era, aunque su cuerpo no estaba completamente desarrollado Bra tenía cierto comportamiento que resultaba ser bastante maduro.
No, la palabra madura era demasiado.
Era ingenua.
Hace menos de dos horas Goten había ido a la casa de Trunks. Entró y se encontró con su amigo pelilila pensativo, mirando algún punto fijo que no era la televisión encendida.
- Déjame adivinar – dijo Goten. El joven de ojos claros pareció ser sacado de sus pensamientos de una cachetada – Rubia, bonita, inteligente, ¿Marron?
- ¿Soy tan obvio?
- Bastante – dijo Goten, tirándose junto a él en el sofá – Pero el que yo sea tu mejor amigo ayuda. ¿Qué paso?
- Las llevé al centro comercial – comenzó Trunks.
- ¿Las Lleve?
- Ya sabes, mi hermana y Marron – contestó Trunks. Prosiguió; - Bueno, resulta que me dio un beso.
- ¿En dónde? – preguntó Goten, con una sonrisa contagiosa.
- En el cachete – murmuró Trunks. Goten quedó pasmado, miró a su amigo para ver si no mentía y… ¡Dios, no mentía! Pero si se había puesto todo colorado, y solo por un beso ¿en el cachete?
Goten soltó tal carcajada que luego de unos segundos apareció Vegeta furioso, transpirado y con cara de pocos amigos.
- ¡Tú! Estúpido hijo de Kakaroto. ¡Cierra la boca!
Ambos quedaron un rato aturdidos y callados.
- Entonces… ¿No te desmayaste? – preguntó irónico Goten haciendo referencia al beso.
Como toda respuesta recibió un almohadón en su cara.
- Toma – le murmuró su amiga, dándole una gran manzana. Goten salió rápidamente de sus recuerdos, alargó la mano y agarró la manzana roja con una sonrisa. – Mis padres volverán enseguida, me puedo cuidar sola de verdad… si quieres irte.
- No, no – dijo rápidamente el morocho – Me gusta estar acá, y no quiero contradecir a 18.
Ambos sonrieron. Goten tenía que cuidarse de Vegeta y de 18; padre y madre estrictos.
- ¡Goten! – de repente, en el silencio total, la rubia chilló.
- ¡Ah! ¿Qué paso? – preguntó confundido, casi había tirado su manzana.
- No me contaste nada – dijo ella, haciendo un puchero fingido que le quedaba encantador. Él la miró mejor, de verdad no entendía – De que llevarás a Bra a la fiesta, mañana.
- Oh, sí – murmuró él. – Lo siento, no es como que si ella no te haya contado…
- No, pero quiero saber que piensas.
- Le dirás todo a ella.
Marron le miró con los ojos abiertos enormemente. Parecía desilusionada, y era bastante claro que no actuaba.
- ¡Yo no soy de esa clase de chicas! – gritó, histérica.
- Juntarte con esas histéricas me costará un oído – se quejó, mientras mordía su manzana. – La verdad es que ni yo sé porque lo hago…
- Sigue. – pidió ella.
- Me dio pena. Me recordó a mí, como cuando le pedía a Gohan que me llevará con él.
- Gohan no salía – sonrió Marron divertida. - ¿Le pedías que te llevara a la biblioteca?
- Bueno – murmuró, sonrojándose. – Me gusta leer.
- Genial, a mí también – murmuró ella. Pensando en las palabras de Goten, ¿Pena?
En el silencio y en el pacífico paisaje, Goten volvió a sumergirse en sus pensamientos.
- Entonces – murmuró Trunks - ¿Llevarás a mi hermana?
- Así es
- ¿Le has dicho a Pares?
- No
- ¿Qué?
- Lo sé. Soy un tonto, pero la verdad es que no se que hacer. Llevar a tu hermana me hace sentir… una buena persona. Pero ir con Pares, con mi novia, eso sería ser una persona lógica.
- Está claro – Trunks se levantó y se arrodilló frente a la televisión, colocando en una consola de video juegos el DVD preferido de Goten. - ¿Jugamos?
- ¡Sí!
Dos minutos después, el morocho le dijo decidido; - Llevaré a tu hermana, y espero que no se ponga histérica en cuanto la deje sola y vaya con mi novia.
Trunks le dirigió una mirada alarmante, pero no dijo nada.
- Fuimos de compras con Bra hoy por la tarde – dijo ella, con una sonrisa, como si estuviera recordando algo. Mordió su manzana.
- Me contó Trunks – dijo él, voz maliciosa más cejas arriba es igual a Marron colorada.
- Ah – murmuró ella. Señaló hacia el cielo, muy lejos – Mis padres se acercan.
Goten buscó el Ki de Krillin y lo encontró. Sonrió a su mejor amiga, desde que ella había aceptado el hecho de que 18, Trunks y Goten le ensañaran a controlar su Ki no parecía querer dejarlo más. Había aprendido a volar, ganaba a Krillin en batallas y sobre todo, tenía una agilidad increíble.
- No quiero irme – dijo Goten, continuando con la manzana.
- No lo hagas, quédate a cenar – le pidió Marron con una gran sonrisa.
- No creo que se buena idea. 18 debe estar muy ocupada y…
- Tonterías, mamá te adora – comentó la rubia.
Ambos se pararon, y se sacudieron la aún tibia arena.
- ¿De verdad? – dijo Goten. Si Marron hubiera visto su cara de perversión no le hubiera contestado.
- Desde luego. Dice que eres un muy buen chico.
Goten sonrió con anhelo a Marron, la rubia entrecerró los ojos. Un comentario verde aparecería pronto.
- ¿Crees que me abrazará, o me besará? ¡No estaría nada mal! – dijo Goten, imaginándose a la atractiva, de todas las formas, número 18 abrazándole y dando un beso en el cachete por lo menos.
- ¡Goten! – rugió chillonamente Marron, una gran pelotita desintegrada de arena le dio en la cara. - ¡Morboso! No se te ocurra decir eso frente a mí madre, ¿Sabes lo que te haría?
Goten se limpió la arena. Murmuró un – Aguafiestas – y entró a la casa, siguiendo a una colorada Marron.

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La joven Bra despertó de buen humor. Había esperado mucho éste día, estaba realmente feliz.
Ni bien se despertó, unas imágenes hermosas aparecieron en su cabeza; Goten, ella y Goten, ella y Goten bailando, ella y Goten besándose.
- ¡A desayunar! – gritó la voz dormilona de su guapo hermano.
La peliazul bufó, odiaba que la presionen y esos gritos le ponían de mal humor.
Pero en éste día ella estaba completa y absolutamente segura de que nada la pondría de mal humar.
Nada.
Con su hermoso y carísimo pijama bajó, alisando su magnífico cabello con las manos, sonriendo apenas y los ojos medio abiertos.
- Buenos días – dijo de forma chistosa. Su hermosa madre le dirigió una sonrisa gustosa, mientras que Trunks solo gruñó.
- Ahí tienen chocolatada. Me voy niños, tengo que ir a la reunión. – Bulma depositó en las frentes blancas de sus hijos unos pequeños besos y con una gran sonrisa y su sensual andar desapareció.
Bra miró a su hermano, observándolo. Estaba bastante dormido, hasta parecía deprimido.
- Dime Trunks… - murmuró ella, con una voz gatuna que solía utilizar para intervenir, cotillear, molestar a alguien. El pelilila suspiró - ¿Por qué te ves tan tonto?
- Estoy así desde el día en que naciste – bufó él – Es tú culpa.
Bra abrió los ojos por primera vez en el día. Su hermano le contestaba, y peor aún, se burlaba de ella.
Que raro…
- ¡Vaya que te pasa algo raro! – dijo ella, depositando el vaso rebosante de chocolate en la mesada. - ¿Qué pasó?
Trunks le dirigió una mirada de duda. No parecía que iba a contarle, pero de alguna manera pareció convencerlo.
- No voy a ir a la fiesta ésta noche.
La boca de Bra escupió todo el chocolate.
- ¿Qué no harás qué? – rugió, muy poco femenino.
- Eso
- Pero… pero – tartamudeó la joven. Se acercó sigilosamente. - ¿Marron te tiró a la basura?
Trunks levantó la mirada rápidamente, Bra estaba segura de que su hermano podía ahorcarla. La verdad es que la razón que ella le acababa de dar por su enfado era bastante obvia. Marron, en estos últimos días tuvo más pretendientes que Sandra para la fiesta.
- Peor – dijo él. Bra vio que los nudillos de su hermano estaban blancos por la presión que ejercía sobre el pobre vaso.
- ¿Peor? – susurró ella. ¡Vaya que esto se puso interesante! - ¿Qué pasó?
- Volvió con Matt– dijo él, la voz cargada de ira.
- ¿Quién carajo es Matt?
- Su novio.
- Max se llama. Y es su ex
- ¡Qué volvieron te digo!
Bra golpeó con la mano la mesada, sorprendida. Su boca tan abierta que su mentón casi hace lo mismo que su mano.
- ¡Jodeme!
- ¡No! – terminó enfadado el pelilila.
- No te creo – murmuró ella. Sirviéndose más chocolatada. - ¿Quién te dijo eso?
- Sandra – dijo Trunks, la vista fija en una de las 1.000.000 de piedritas de diferentes colores en la mesada.
- ¡Esa zorra! – Bra crispó los dientes y chasqueó la lengua – Es mentira Trunks.
- Que es verdad – dijo él, impaciente – Anoche me llamó, me dijo que la tenía que llevar.
- Sigue…
- Porque Matt cortó con ella, diciéndole que Marron y él habían vuelto.
Bra meditó un rato lo sucedido. Eso pareció enfurecer a Trunks, que martilleaba el piso de color caoba con sus pantuflas. La joven Brief llegó a una conclusión.
- Es mentira. Pasa a buscar a Marron a las 7.
- Mira, yo se muy bien que voy a hacer, y no es nada parecido a lo que dijiste
- Si buscarás a Marron – ella levantó las cejas - ¿Verdad?
- No, buscaré a Sandra. Que ella vaya feliz con su pareja.
- ¡Debe ser mentira Trunks! – gritó ella. Su mejor amiga no haría eso, no señor.
- Pensar si lo es o no es mí problema. Marron tiene pareja, y esa es Matt.
- ¡Max! Y no Trunks, ella va contigo – chilló ella. – Ayer, en el Shopping, ella dijo que estaba muy emocionada por ir con vos. ¿Por qué volvería a salir con esa cara de nada?
Su hermano la miró, con las mejillas un poco coloradas.
- Bueno, en realidad está buenísimo. ¡Pero eso no importa! Trunks, si no buscas a Marron ella se enojará.
Trunks miró a su hermana, se levantó de la silla y subió las escaleras.
- Lo siento Bra. Ya dije a Sandra que pasaría a recogerla a las 7.
Bra dejó caer el cuchillo con el que estaba por untar de dulce a sus panecillos. Miró con la boca abierta a su hermano que ya se había ido.
¿El mundo estaba loco? Su hermano había querido a Marron desde que tiene hormonas, ahora que ella está lista y no más de novia lo invita a ir una fiesta, pero su ex, que posiblemente no es más su ex, vuelve con ella luego de una disputa de celos. Bra cerró la boca y giró la cabeza. Se prometió a sí misma que cuando tuviera la edad de Trunks no sería tan cabeza hueca.

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La rubia se desperezó con agilidad y facilidad. Estiró los brazos bien altos y luego dirigió sus femeninas y cuidadas manos a sus ojos de un celeste cielo, frotándoselos. Se rascó un poco su cabeza y miró para todos lados. Bostezó y miró para arriba, donde su mejor amigo dormía.
- Goten – dijo ella, con voz ronca por el sueño. Pateó apenas la parte de arriba de su cama cucheta y escuchó un ronquido angustiado. - ¡Goten!
Cinco segundos después, una cabeza y unos mechones negros aparecieron de a poco. Con una mirada que intentaba ser asesina, pero no estaba ni cerca. Marron rió a las carcajadas al ver el despelote que era el cabello de Goten a esas horas de la mañana. Sabía que aquellas puntas no eran tan naturales.
- ¿Se te ofrece algo, querida? –dijo él, con los dientes apretados, mientras inútilmente intentaba acomodar sus cabellos. Era inútil, necesitaba un cepillo y agua. Y paciencia, cosa que con cierta bonita rubia riéndose a carcajadas se gastaban.
- ¿Quién es tu amigo de arriba? – rió, señalando a los mechones rebeldes.
- Jaja, muy graciosa – gruñó.- Duérmete.
- Goten… son las 9 – dijo ella, riendo apenas.
- ¿Ah, sí? Que interesante. Buenas noches
Marron decidió que unas horas más no harían mal. Podían ir tranquilamente a almorzar a la casa de Bra y Trunks dentro de unas horas más. Cerró los ojos, y se imaginó a las cosas por las que tendría que pasar hoy.
La puerta de la habitación se abrió de repente.
- Un ángel – escuchó que Goten murmuraba. Marron se sentó bruscamente en la cama. Ya era más que obvio que en la puerta estaba 18, su madre, y si no intervenía y 18 había escuchado a Goten el morocho de alguna manera estaba perdido.
- Un demonio – murmuró 18, con una pequeña sonrisa burlona. Mientras miraba a los cabellos del pequeño no tan pequeño Son. - ¿Quién te hizo eso?
Goten recuperó la conciencia y se atajó los cabellos con la mano. – Son así – murmuró.
- Genial – sonrió la rubia de ojos increíblemente hermosos – Bueno, arriba.
Goten se corrió a un lado, pensando que 18 dijo que se iba a sentar con él. La rubia alzo una ceja, mirándolo. El morocho se sonrojó y sonrió nervioso.
- Má, no le hagas caso. – pidió Marron.
- Tenía pensado hacerlo – dijo 18. Miró a su hija. – Bra llamó hace una hora, dijo que te esperaba para almorzar.
- De todas maneras iba a ir – sonrió la rubia.
- ¿Enserio? – dijo 18, levantando las cejas.- Mientras Vegeta se enfade todo bien. Vengan, el desayuno está listo.
Goten y Marron se despidieron de distintas formas de 18, quien salió de la habitación cerrando la puerta con una pequeña sonrisa.
- Bueno. Primero que nada, gracias por dejarme quedar a dormir – dijo Goten, sonriendo a Marron. Se bajó de la cama, tenía una remera enorme encima. Una que desde la última vez que se quedó allí la había dejado. Krillin no era de muy grande contextura, y Goten necesitaba una remera grande para dormir. ¿Piyama? Cuando Marron le había preguntado por uno de ellos, él hizo una mueca y respondió; "Los hombres no usamos eso".
- De nada. – dijo ella, con una pequeña sonrisa. Se levantó con su gran y largo piyama de rosas y se dirigió al baño. – Ya vuelvo.
- ¿Vamos a almorzar a lo de Trunks?
Marron asintió y sonrió brillantemente.

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Música: Big Girl Now - Lady Gaga.

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Muchas gracias.

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